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5 Destinos Épicos para una Runcation en Argentina

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VIAJES A CARRERAS

Correr también es viajar.

No hay nada como correr para conocer un lugar. El ritmo del trail te conecta con la tierra, te obliga a mirar alrededor, a escuchar el viento, a sentir la textura del suelo. No se trata de velocidad ni de kilómetros: se trata de presencia.

En Wanako creemos que los viajes no solo se viven, se recorren. Y no hay mejor manera de recorrer la Argentina que con unas buenas zapatillas de trail, ganas de aventura y la curiosidad encendida.

Acá te compartimos cinco lugares que amamos y que creemos que todo corredor urbano debería vivir alguna vez en su vida. Todos tienen algo especial. No solo por el paisaje, sino por el espíritu que los habita.


1. El Chaltén – Montañas que inspiran

En plena Patagonia, al pie del imponente Fitz Roy, está El Chaltén. Un pueblo pequeño, sencillo, pero cargado de energía. Desde el momento en que llegás, todo te invita a moverte: los senderos que arrancan desde el centro, las cumbres que se dibujan contra el cielo, el aire puro que llena los pulmones.

Correr en El Chaltén es sentirte parte de algo más grande. Cada ruta —como la que lleva a Laguna de los Tres o a la Loma del Pliegue Tumbado— te sumerge en un paisaje casi sagrado. Árboles bajos, lagunas turquesas, glaciares colgantes, piedras enormes y ese silencio tan particular del sur.

Además, todo lo que rodea el correr es especial: podés conocer a guías que viven ahí todo el año, compartir una cerveza con otros corredores en los bares del pueblo y dormir con la sensación de haber vivido algo inolvidable.



2. Bariloche – Entre lagos y senderos

Puede que hayas ido a Bariloche alguna vez, pero verla desde el trail cambia todo. Los caminos que recorren el Parque Nacional Nahuel Huapi te llevan por bosques frondosos, miradores que cortan la respiración y cerros que parecen hechos para jugar.

Es un lugar ideal para combinar el correr con el placer. Porque después de una buena jornada de montaña, podés disfrutar de una cena frente al lago, visitar una cervecería artesanal o caminar por la costanera.

Y si tenés suerte, cruzarte con una bandada de loros barranqueros o ver un cóndor sobrevolando el cielo azul. Son momentos simples, pero potentes.


3. Mendoza – El trail entre montañas y viñedos

Cuando se habla de Mendoza, se piensa en vinos. Pero pocos saben que también es un lugar perfecto para el trail running. Las montañas que rodean la ciudad esconden senderos secos, técnicos, con una belleza áspera y auténtica.

Correr en esta zona es una experiencia distinta: el aire es más seco, el paisaje más amplio. Hay rutas que serpentean entre cerros de colores, cactus y cielos gigantes. Y lo mejor es que, después del esfuerzo, podés relajarte con una copa de malbec mirando la cordillera.

Además, hay experiencias locales que valen la pena: charlas con baqueanos, comidas en casa de productores, mercados con productos de la zona. Porque un buen viaje también se saborea.


4. Salta – Rutas que cuentan historias

En el norte, la tierra cambia. Correr en Salta es adentrarte en otro ritmo, en otra cultura. Los senderos atraviesan quebradas, suben por antiguas huellas indígenas, cruzan campos de cardones y llegan a pueblitos detenidos en el tiempo.

Los colores son intensos, como la gente. El cielo es más grande. Acá el trail se mezcla con la historia, con la tradición, con la música. Después de correr, podés sentarte en una peña, escuchar zambas y compartir una comida con sabor casero.

Es una forma distinta de viajar: más lenta, más profunda. Y eso se siente.


5. Tierra del Fuego – Donde empieza la aventura

Ushuaia es el fin del mundo, o el principio, según cómo lo mires. Y correr ahí tiene algo mágico. El paisaje es salvaje, intacto. Bosques espesos, lagos congelados, montañas que parecen guardianes.

Los senderos del Parque Nacional Tierra del Fuego son ideales para perderse y encontrarse. Hay subidas exigentes, bajadas rápidas, tramos que cruzan turberas, y vistas al Canal Beagle que te dejan sin palabras.

Y cuando volvés al pueblo, siempre hay una historia para contar, una sopa caliente esperándote y la sensación de haber hecho algo único.


Correr como forma de vida

Estos lugares no están hechos para el turismo de paso. Son destinos para vivirlos con tiempo, con atención, con respeto. Para mirar a los ojos a quienes viven ahí, para aprender de su forma de habitar el mundo, para correr sin prisa y con intención.

En cada viaje que armamos, buscamos esa conexión: entre vos, el entorno, y las personas que te reciben. Porque correr es mucho más que mover el cuerpo: es una forma de conocer, de sentir y de pertenecer.

Y como amantes de la naturaleza, entendemos que estos lugares deben ser cuidados. Por eso trabajamos con guías locales, promovemos prácticas responsables y fomentamos un turismo que deje huella solo en la memoria, no en el entorno.

Contacto

Buenos Aires - Argentina

+54 9 11 5461 5261 / +1 443 468 7891

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